La nueva tarificación eléctrica, implantada el pasado 1 de junio de 2021 en España, con distintas franjas horarias en el que el coste de la energía es diferente según el momento del día en el que se use, ha puesto en jaque a muchas empresas que tienen su máxima demanda energética durante los tramos más caros.
Con este nuevo modelo, los consumidores finales pueden conseguir reducir su factura de la luz si emplean comportamientos eficientes de consumo, como trasladar ciertas rutinas y utilizar determinados procesos en las horas más económicas (hablamos de la tarifa más económica, la denominada franja valle). Sin embargo, en el caso de muchas empresas e industrias esta opción es inviable, puesto que su gasto es estable durante todo el día o es más importante durante la franja más cara. Esto ocurre con el turismo, el comercio, el sector sanitario, las industrias con turnos de 24 horas, o la hostelería, entre otros sectores.
Algunos sitúan el incremento del gasto en la factura eléctrica en la industria en un 44% tras la entrada en vigor de la nueva tarifa, y con esta cifra incluso algunas empresas se han planteado salir de España y trasladarse a países más competitivos. Ante esta situación, desde Seinon creemos que hay cinco aspectos clave que las empresas deben tener en cuenta para conseguir reducir su gasto energético y, por tanto, su factura de la luz.
- Considerar el consumo energético como un indicador clave del negocio.
Los KPI son los indicadores que marcan el nivel de rendimiento en las empresas. Considerar el consumo energético como un indicador clave del negocio, al mismo nivel que las ventas o la logística, y vinculado a la alta dirección de las compañías, es esencial para lograr la implantación de medidas encaminadas hacia su mejora e inclusión positiva en los informes de sostenibilidad.
- Hacer visible la energía.
Lo que no se mide, no se puede mejorar; es decir, es imprescindible monitorizar el consumo eléctrico para conseguir ahorrar en la factura. Contar con un sistema de medidores digital será fundamental si queremos saber cuánta energía estamos consumiendo y, en una segunda fase, llegará el momento de estudiar cómo mejorar.
- Contar con un profesional de la energía.
Al igual que en las empresas existen responsables de mantenimiento o de compras, es necesario contar con una persona especializada en la asesoría energética. Este perfil profesional será el encargado de, por ejemplo, detectar errores que pudiese haber en las facturas y contrastar nuestros medidores de energía con los consumos facturados por las comercializadoras.
- Implicar a los empleados.
Muy vinculado al punto anterior, ya que contar con un profesional especializado en ahorro energético nos permitirá implantar medidas para implicar a todos los empleados en el proceso hacia una empresa más sostenible. Concienciar a los trabajadores de que pueden colaborar para reducir las emisiones de CO2, a través de un consumo responsable en su centro de trabajo, es esencial en el proceso de transición hacia la eficiencia energética.
- Implantar sistemas de fotovoltaica.
Será necesario un estudio energético previo para determinar si es recomendable implantar sistemas fotovoltaicos en la empresa, bien para autoconsumo, bien en la modalidad de comunidades energéticas, para lograr un ahorro. En este caso, si los consumos más altos están durante las principales horas de sol, la energía solar puede ser una buena alternativa. Sin embargo, si el gasto es principalmente nocturno, se recomienda pensar en fuentes alternativas.
En definitiva, la factura eléctrica se ha convertido en un aspecto que puede marcar la rentabilidad de una empresa, así como su competitividad en determinados sectores donde el gasto energético tiene consecuencias directas en las cifras de negocio. Dar la importancia a este aspecto, hacerlo visible, rodearse de profesionales, implicar a toda la empresa y valorar sistemas alternativos de energía, son solo algunas de las claves que permitirán a las empresas reducir el consumo y, por tanto, caminar hacia la eficiencia y la sostenibilidad.