La última edición de los webinar #Seinonine ha abordado una de las cuestiones fundamentales para los próximos años como son la gestión y el aprovechamiento de los fondos de recuperación europeos, los denominados Fondos Next Generation EU. La charla online, bajo el título ‘Subvenciones Next Generation EU para la eficiencia energética’ corrió a cargo de Andrés Serrano y Joaquín Rodríguez, responsables de la empresa Serqua, experta en gestión y captación de ayudas europeas. Los Next Generation son una partida global de 750 mil millones de euros aprobados en 2020 para el conjunto de los estados de la Unión Europea, destinados a la recuperación económica tras la crisis de la covid-19 para la transformación digital y la descarbonización de los países miembros.
La conclusión de Serrano es clara: los fondos europeos son una gran oportunidad para empresas y particulares (tanto a título individual como colectivo) para dar el salto hacia la descarbonización y la independencia energética. “Porque hay ayudas más que suficientes, fondos muy interesantes que convierten este momento en una oportunidad para las empresas que quieran hacer inversiones en materia de autoconsumo y, sobre todo, de digitalización energética que le aporte datos de interés para reducir y optimizar su gasto energético”, ha afirmado el responsable de Serqua.
Según Serrano, las ayudas en materia energética procedentes de los Next Generation están enmarcadas a través a través del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), quien establece la normativa general que luego es adaptada en cada uno de los territorios por las Comunidades Autónomas. Esta dispersión es lo que dificulta en mucho la tramitación y solicitud, puesto que en diferentes regiones hay cambios que pueden ser sustanciales. Ello hace que, en opinión de Serrano, sea aconsejable acudir a entidades y empresas especializadas en materia de gestión de ayudas.
Las tres líneas fundamentales de subvención de interés para las empresas son las que incentivan la generación de energía renovable (fundamentalmente solar); las ayudas en materia de eficiencia energética, que incluye los planes de digitalización y control de consumos eléctricos; y las vinculados a la movilidad eléctrica, sobre todo para el desarrollo de vehículos eléctricos que se articula en el denominado Plan Move.
En concreto, en el referido a eficiencia energética, existen tipos de ayudas diferentes que oscilan en la cobertura con fondos públicos de entre un 30 a un 40% de la inversión final, siempre en función de las bases que cada comunidad establezca. En ellas, sí se comprende todo sistemas de control y gestión a través de softwares de la energía, también la sustitución de equipos, y otros elementos necesarios para ser más eficiente. En estos casos, aunque hay que ver convocatoria a convocatoria, la inversión mínima suele establecerse en torno a los 10.000 euros.
El plazo de vigencia de estas ayudas, a la espera de que se creen nuevas convocatorias a lo largo de 2022, termina a finales de 2023, “un plazo dilatado que se ha concedido para ayudar a su tramitación, ejecución y desarrollo con un claro objetivo de hacer frente a la crisis climática y lograr, de una vez por todas, la descarbonización de la economía europea”, ha explicado Serrano.
En principio, todas las empresas sin distinción de actividad o sector pueden optar a estas líneas de subvención. Sin duda, los expertos de Serqua recomiendan que se aproveche estas inversiones para aquellas empresas (sin distinción de su tamaño) que sean intensivas en consumo energético, puesto que disfrutando de estas ayudas pueden realizar inversiones en condiciones muy ventajosas para reducir su mix energético, normalmente uno de los costes fijos más onerosos.
En principio, estas ayudas encajan perfectamente para empresas del sector industrial, que suelen ser las que más gasto energético sufren, pero también para las de carácter servicios. “Algunos centros comerciales que tienen grandes costes en climatización se están volcando en la incorporación de sistemas de autoconsumo y de digitalización energética para reducir su factura. Para ellos, también es interesante”, ha añadido.
Serrano aclaró que el proceso de solicitud suele ser muy complejo y de tramitación muy lenta. Es necesario recabar toda la información de la situación legal de la empresa, con sus correspondientes autorizaciones y permisos, realizar una memoria técnica ajustada a los criterios de las bases de la subvención, y finalmente cursarla. Hay un periodo de subsanación de errores y un plazo – que suele ser de unos 18 meses – para la justificación del destino de la ayuda.