El pasado 15 de marzo fue el Día Internacional de los Derechos del Consumidor y por ello nos hacemos eco de la noticia en la que la empresa Osram, líder en fabricación de elementos de iluminación da unos consejos muy útiles a tener en cuenta antes de comprar una bombilla, retomando así un tema que ya hemos tratado en varios posts anteriores.
Los embalajes de las bombillas nos proporcionan datos muy importantes para saber utilizar de forma correcta cada bombilla y para a la vez conseguir un posible ahorro.
Estos datos son los siguientes:
  • Clasificación energética: indica el consumo de cada bombilla, va de la A a la G, siendo la primera la que menos consume y la última la que más.
  • Temperatura de color: mide los grados kelvin con la letra K, y expresa si el tono de luz es por ejemplo blanco sólido (2700K), blanco frío (4000K), etc.
  • Lúmenes: indica la cantidad de luz que emite la bombilla en todas las direcciones y tiene una utilidad muy práctica para comparar el consumo de diferentes bombillas, sustituyendo a la potencia. Bombillas con igual número de lúmenes emiten la misma cantidad de luz, por tanto, comparando la diferencia de potencia entre estas bombillas, se puede concluir cual consume más y cual es más eficiente.
  • Duración: lo que dura una bombilla en horas puede no ser un dato definitorio de lo que realmente va a durar esa bombilla, ya que factores cómo si va a funcionar con regulador de intensidad o la cantidad de apagados y encendidos pueden influir en esa durabilidad. Por esto hay que tener en cuenta estos datos para una correcta elección de la bombilla dependiendo de dónde se vaya a instalar, ya que no será lo mismo en un comedor, donde se tiene encendida un tiempo prolongado, o un cuarto de baño, donde se enciende muchas veces pero poco tiempo.
  • Temperatura de exposición: nos dará idea de si es adecuada para interior, exterior, etc.
  • Índice de reproducción cromática (Ra): capacidad para reproducir los colores con un valor máximo de 100, recomendable ≥ 80.