Retomamos un tema que hemos tratado en diversos posts anteriores, la calefacción y el debate sobre cuál es el sistema más adecuado para los hogares sobre todo desde el punto de vista de cómo ahorrar energía.
En esta ocasión vamos a centrarnos de nuevo en la calefacción mediante calderas, pero dirigiendo la atención hacia qué tipo de combustible es el más adecuado para calentar el agua.
Ya hemos dicho que este tipo de calefacción es uno de los más adecuados, sobre todo comparándolo con sistemas que utilizan la electricidad como fuente de energía, tanto desde un punto de vista económico como medioambiental, aunque esto último cambia de manera importante si la fuente de energía es renovable, pero esto queda fuera del objetivo de este post.
Si la comparación se hace con otros tipos de calefacción que utilizan combustibles naturales como el pellet, la cosa está más igualada en cuanto a precios, siendo incluso estos más baratos, pero como tradicionalmente están más desarrollados los sistemas de calderas, siguen siendo los que más se usan y ofrecen una mayor relación calidad precio.
Por lo que vamos a ver cuál es el mejor combustible para el sistema de calderas. Las dos opciones son el gas natural y el gasoil.
Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes, pero la partida se declina hacia el gas natural como el combustible a emplear para calentarse a través de la caldera. Es más eficiente que el gasoil y sobre todo, y lo que más suele importar, es claramente más barato. Como punto negativo, se puede decir que este sistema necesita de un mantenimiento y revisiones más complicados que para el gasoil.